Es el segundo año consecutivo que vamos al hotel Sheraton a pasar un día de relax, el año pasado la pasamos increíble y esta vez no fue la excepción.

Llegamos temprano al restaurant La Villita, se sorprenderían con la variedad de comida que hay y realmente es algo buenísimo en un bufete sobretodo cuando llevas contigo a niños melindrosos, venga que hay desde lo mas típico en un brunch: hotcakes, fruta y chiliquiles hasta los mas exóticos y difíciles de encajar en una comida mañanera: ceviche, sushi, costillas de cerdo con salsa y menudo. La mesa de postres es exquisita, me encontré unos merengues deliciosos, estaban en su punto y casi acabo con todos, tuvieron que rellenar los platos después de que me serví varias veces (upps!)
Escuchamos el mariachi y la marimba en vivo que es todo un deleite y luego a la piscina que de ahí no salimos hasta que Vane quiso y Ale ya estaba muy cansada.
Dado que es temporada alta había muchísima gente pero el servicio fue excelente y tenían muchas actividades divertidas en la pisicina como el aquaeróbics, el voleibol acuático y una clase de competencia entre estadounidenses y mexicanos relacionada al tequila que fue divertidísima.
Y bueno, la comida y bebida que sirven en La palaba (uno de sus aqua bar) tan deliciosas como lo recordaba.
¿Qué tan kids friendly son? Mucho, en el restaurante tienen sillitas para niños y como ya dije el menú es muy variado seguro que ningún niño se queda con hambre porque no había lo que le gustaba, es un ambiente muy familiar, aceptan carriolas y portabebé sin problema, son pacientes y amables si al niño se le cae comida al piso, y en la piscina tienen su chapoteadero bastante amplio para los niños.